ARMONÍA VITAL

¿De dónde viene la palabra “armonía”?

Para los curiosos o investigadores de las palabras, os comparto que en la mitología griega, los dioses tenían características humanas y a la vez, en base a conocimientos astrológicos, ejercían poderes sobrehumanos.  La diosa inmortal griega Harmonía(Ἁρμονία) era la diosa de la armonía y la concordia y se representaba con la serpiente alrededor. Durante siglos, el conocimiento antiguo consideró a la  serpiente una divinidad, por sus características físicas.

El significado en griego es: unión, ensamblaje.  

En la vida, la forma de espiral se relaciona fácilmente con la fuerza de la vida.  

Sin ir más lejos, el propio genoma humano, es una serie enroscada de enzimas.  Los ciclones y huracanes se mueven en forma de espiral.  Las auroras boreales también se mueven en el espacio como gigantescas cortinas. En matemáticas, el símbolo infinito representa lo inacabable e inalcanzable.

Hay una frecuencia de energía universal con esa forma de espiral.  La tradición hindú la llama kundalini (etimológicamente, el rizo en el pelo del amante). 

La tradición taoísta habla de la energia, el Chi, la fuerza universal que está en todos y en todo y que alimenta la vida y crea los mundos.

En Occidente podríamos hablar de la hermenéutica, de los iluminados en la edad media, de los humanistas del renacimiento. De tantos genios (famosos y anónimos) que cambiaron el curso de la historia desde el amor impersonal.   

Yo defino como armonía vital ese movimiento en forma de espiral, como una serpiente enroscada.  .  

Ese recorrido ascendente hacia el más allá, con sus momentos dulces y amargos, con subidas y bajadas, con miedos y alegrías, caídas y remontadas con el que podemos representar la historia de la vida como ser vivo racional, consciente y simbólico.

En tu armonía vital, te acompaño con la creactivación:

A ampliar tu consciencia para que reconozcas tu parte divina.  

A aceptar tus miserias para sanar tu parte humana.  

A amarte a ti mismo y lo que haces para no ser esclavo de nadie ni de nada. Ni de ti mismo.

A poder ir definiendo el eje de tus propósitos vitales desde tu ser esencial.  

En definitiva, a vibrar en el corazón con el latido del universo